Birma es una alfombra diseñada para aportar calma y continuidad visual en salones y dormitorios. Su lectura es limpia y táctil: un fondo neutro que realza el mobiliario sin competir con él, perfecto para proyectos que buscan un ambiente mediterráneo, minimal y acogedor. La paleta se mueve entre beige y gris, dos tonos que suavizan la luz y facilitan combinaciones con maderas claras, piedra o microcemento.
Su construcción tejida a mano (hand tufted) aporta una superficie amable bajo los pies y una presencia serena que invita a caminar descalzo, sentarse en el suelo o alargar la conversación. El gesto cotidiano —dejar un libro, extender una manta, jugar con los niños— se vuelve más cómodo y silencioso gracias a su base mullida y a su capacidad para amortiguar el ruido visual.
La escala se adapta con facilidad a diferentes plantas. Está disponible en 170 × 240 cm, 200 × 300 cm y 240 × 340 cm, tres tamaños versátiles para delimitar la zona de estar, enmarcar la mesa de centro o abrazar el perímetro de la cama. Elige beige para reforzar la luminosidad o gris para un punto más sobrio y contemporáneo; en ambos casos, el conjunto respira y se ordena.
En el día a día, Birma funciona como una base honesta y atemporal. Define zonas, mejora la acústica y añade una capa de confort visual que ayuda a mantener el espacio recogido. Es una pieza pensada para convivir con el tiempo: discreta, serena y siempre acorde con interiores de paleta natural.