Tulum es un sofá curvo pensado para crear zonas de conversación fluidas y elegantes. Su silueta orgánica, con cantos redondeados y líneas continuas, suaviza la perspectiva y limpia el plano del salón; todo respira con más calma. Es una pieza que invita a reunirse, leer o ver una película sin prisa, con una presencia escultórica que no pesa visualmente.
Funciona especialmente bien en plantas abiertas, donde conviene delimitar sin bloquear: el gesto curvo guía la circulación y genera un foco natural para charlas y sobremesas largas. En salones más recogidos, se apoya a pared siguiendo su radio y aporta dinamismo sin romper la serenidad del conjunto. La cojinería de apoyo ayuda a modular la postura —más erguida para conversar, más recogida para descansar— y añade textura al conjunto.
Su lenguaje es mediterráneo y atemporal: volúmenes amables, perfil bajo y lectura continua que deja pasar la luz. Dialoga con maderas claras, microcemento o piedra, y con paletas de crudos, verdes suaves y tierras; una base perfecta para sumar una mesa de centro mineral y una alfombra neutra que ancle la escena. El tapizado a elegir te permite llevarlo hacia una textura con más relieve o hacia una superficie lisa y serena, manteniendo siempre la esencia calmada de Tulum.
Pensado para el día a día, ofrece un asiento amplio y confortable que sostiene la postura con naturalidad, y un respaldo envolvente que arropa sin imponerse. Es un sofá que ordena el espacio con un gesto mínimo y elegante; una pieza honesta que acompaña y eleva el interiorismo sin reclamar protagonismo.