Milos rinconera está pensado para crear un espacio de encuentro amplio y ordenado. Su lenguaje es arquitectónico y limpio: brazos prismáticos, líneas rectas y un perfil bajo que despeja la vista y deja pasar la luz. La composición en L abraza la zona de estar y la define con naturalidad, perfecta para plantas abiertas donde conviene delimitar sin saturar.
El confort es profundo y honesto. Los asientos amplios sostienen la postura con suavidad, mientras que la cojinería suelta permite modular el apoyo en espalda y brazos según cada momento: lectura, sobremesa larga o cine en casa. Colocada con el ángulo en el centro de la estancia, Milos ordena la circulación y favorece la conversación; apoyada a pared, maximiza el número de plazas sin perder ligereza visual.
Su presencia es serena y versátil. El tapizado a elegir se coordina con paletas de crudos, tierras y grises, y dialoga con maderas claras, microcemento o piedra natural. Añade una mesa de centro mineral y una alfombra neutra para reforzar la sensación de abrigo, o combina con butacas ligeras si quieres sumar asientos sin ocupar visualmente. La composición modular —con módulos de asiento y módulo rincón a 90°— permite ajustar longitud y orientación, creando desde una L recogida hasta un gran salón familiar.
Más allá de lo estético, Milos está pensado para el día a día: cojines generosos, fundas continuas y un volumen que se percibe estable y relajado. Es una pieza que pone orden y calma, que acompaña el ritmo de la casa sin reclamar protagonismo. Un sofá que no compite; acompaña y eleva.