Nuestra historia

Aún recuerdo la primera vez que nos presentamos a la Feria Hábitat . Último día de montaje y mi padre y yo hasta las cuatro de la mañana montando, con mucha ilusión, lo que al día siguiente presentábamos: nuestra primera colección. No había muchos recursos, pero sí muchas ganas y trabajo duro para poder hacernos un hueco entre grandes empresas.

Hoy pongo la vista atrás y todos los esfuerzos dedicados al negocio, noches frente al ordenador y numerosas ferias de muestras parecen ahora buenos recuerdos, aunque hubo momentos que no lo fueron. Al final, me doy cuenta de que gestionar un negocio no es diferente de gestionar tu vida: momentos buenos y malos, pero que, en definitiva, merecen la pena.

Hay algo que me seduce más que crear productos que mejoren los hogares de nuestros clientes, y es conocer a las personas y colaboradores que hacen de Unika una familia. Si tengo que llevarme algo de estos años, es aprender de las cientos de personas que se han cruzado en mi camino y de las que he aprendido para poder definir los valores de Unika: calidad, diseño y mejora continua.

Mi abuela y mi padre hicieron el trabajo duro y crucial de construir algo de la nada, y mientras trabajo junto con mi novia, mi padre y, quizás, el día de mañana con mi hermana, me doy cuenta de lo más importante de Unika: la familia. Me siento afortunado por la libertad para poder crear piezas únicas. Espero poder seguir aportando valor y mejorando la vida en el hogar de nuestros clientes. Seguimos.