Palermo, en formato 5 plazas, está pensado para disfrutar del tiempo sin prisa. Su presencia amplia y amable convierte el salón en un refugio: cojinería generosa, brazos mullidos y una silueta baja que despeja la vista y ordena el espacio. Es un sofá que acompaña los ritmos de la casa —las charlas que se alargan, la lectura de la tarde, las siestas de domingo— con una comodidad honesta y una imagen serena.
El diseño apuesta por la calma visual. Las líneas son limpias y el acabado textil se percibe relajado, con un gesto envolvente que te recibe al llegar a casa. El asiento profundo favorece una postura natural y sostenida; el respaldo, mullido y acogedor, acompaña la espalda sin forzar. Su escala permite crear escenas centrales con mesa de centro o composiciones abiertas con butacas y lámparas de pie, delimitando la zona de estar y manteniendo la circulación fluida.
El lenguaje es mediterráneo y atemporal: encaja en paletas de crudos, tierras y grises suaves; dialoga con maderas claras, piedra o microcemento; se completa con alfombras de lana o micro poliéster para reforzar la sensación de abrigo. Puedes situarlo en el eje principal del salón para anclar el conjunto o acompañarlo de una librería baja y una luz cálida para construir un rincón de conversación. Su lectura continua y suave reduce el ruido visual y aporta un orden que se nota al primer vistazo.
El tapizado a elegir permite ajustar textura y tono a cada proyecto. Un tejido con más relieve suma profundidad táctil; una superficie visualmente lisa subraya la serenidad del ambiente. En todos los casos, Palermo mantiene una estética honesta y amable, hecha para vivirla día tras día sin perder su equilibrio.